Como en ocasiones anteriores os trasladamos escrito remitido por un compañero de esta extensa empresa, con un tema de indudable actualidad y de importantes consecuencias personales para los afectados. No dudamos que vuestra participación a través de aportaciones y comentarios nos ayudará a concretar y conocer en mayor profundidad, la extensión y realidad del problema:
” Hola, soy un empleado de una oficina del Banco Financiero y de Ahorros que se cierra en breve y que está ubicada en una provincia donde nuestra entidad no es la principal del conjunto de bancos y cajas.
Según los datos que vamos conociendo por diversas fuentes, ninguna oficial de la empresa que paga mis haberes, en mi provincia es mayor el número de cierres previstos y algunos ya realizados, que de prejubilaciones, estando en el aire el tema de traslados para todos aquellos que nos cierran nuestro centro de trabajo que en principio son plazas distantes entre 25 y 75 Km., que permiten ir y volver en el día que según nuestros responsables de recursos humanos nos cuentan, se puede ir y volver en el día.
También me han comentado que la Caja está tratando de repescar a aquellos compañeros que en su día fueron trasladados de forma voluntaria a otras plazas (a cambio de gratificaciones en forma de pluses, etc.), para poder eliminar los complementos que perciben, con lo que esto agravaría la situación, dado que habría todavía más potenciales empleados, que oficinas a cubrir.
Yo me pregunto si es posible que te puedan trasladar porque las vacantes existentes se hayan podido cubrir con otras personas que vienen de otra plaza. Lo que haría la Caja en este caso, es ahorrarse los pluses que venían percibiendo esos compañeros que ahora pudieran regresar, soportando las personas a trasladar el coste del desplazamiento diario (gasolina, peajes, desgaste vehículo). El texto del acuerdo dice que el traslado se podrá producir cuando no sea posible la reubicación del empleado en otro centro de trabajo en un radio de 25 kilómetros. Una cosa es que no sea posible, y otra muy distinta es que eliminen la posibilidad. A río revuelto, ganancia de pescadores. Amparándose en la situación delicada por la que atravesamos, todos los cambios que quieran se pueden justificar de una u otra forma.
Pero lo más triste de todo, es que después de toda una vida dándolo todo por la empresa y con sacrificios personales de toda índole, ahora se nos trate de esta manera, sin delicadeza alguna como si fuésemos un número contable de la contabilidad no sé si real o analítica o ambas cosas a la vez.”
La posición de CC.OO. ya ha sido expuesta a través de nuestra última circular:
Las cosas se están haciendo mal
Hablamos de personas
La integración de las entidades del SIP, incluyendo traslados de personal y cierres de oficinas, es un asunto complejo desde un punto de vista organizativo pero que, sobre todo, afecta a la vida de las personas.
Algunas cosas que están ocurriendo apuntan a una falta de coordinación y de control del flujo de la información entre entidades, a lo que se añade una sensación de improvisación y desconocimiento bastante extendido entre quienes tienen la responsabilidad de dirigir este proceso, incluyendo informaciones erróneas a los trabajadores; y a veces, también, unos modales fuera de lugar, por parte de algunos responsables hacia los afectados.
No es de recibo que los empleados de una entidad se enteren de “sus” cierres de oficinas por lo que les llega de otras entidades o por filtraciones a través de correos masivos y anónimos; que se presenten a las personas determinadas propuestas como que “esto son lentejas”; que se informe mal en alguna caja de los términos de los acuerdos (como la fecha de finalización de adscripción a las prejubilaciones), o que se convoque por la tarde a los empleados para formalizar dicha adscripción. Sigue leyendo